miércoles, 27 de febrero de 2013

EL HOMO ANTECESOR

De acuerdo con sus descubridores, entre los caracteres anatómicos de estos homínidos cabe destacar un conjunto de rasgos muy primitivos en el aparato dental, que llevaron a establecer una relación entre éstos y los homínidos africanos del Pleistoceno Inferior. Una mandíbula muy bien conservada de una mujer H. antecessor, de entre 15 y 16 años, recuperada del yacimiento de la Gran Dolina tiene similitudes muy claras con las del Homo Erectus lo que sugiere un origen asiático de H. antecessor. Sin embargo, el patrón de desarrollo y erupción de los dientes es prácticamente idéntico al de las poblaciones modernas. El Homo antecesor, que apareció hace más de 800.000 años, cuyos fósiles fueron descubiertos en la cueva de Gran Dolina del yacimiento de Atapuerca (Burgos), medía entre 173 y 174 centímetros de altura, algo más de los que esperaban los científicos, según los análisis realizados con un nuevo método estadístico basado en los huesos del pie. Permite estimar este rasgo esencial de la anatomía aunque falten huesos largos del esqueleto, afirman los investigadores. Para conocer la altura del sujeto, tanto en estudios paleontológicos como forenses, lo ideal es poder realizar la reconstrucción anatómica del esqueleto cuando no es posible, porque los restos son escasos, lo habitual es estimar esta característica a partir de los huesos largos directamente implicados en la estatura. Se aplica entonces el principio de proporcionalidad: individuos grandes, huesos grandes e individuos pequeños, huesos pequeños. Pero, a veces, fémur y tibia o no se encuentran o están demasiado fragmentados e incompletos. Un equipo de investigadores de varias universidades y centros de investigación españoles, junto con investigadores británicos, han buscado otro método de la mano de las llamadas técnicas estadísticas robustas. Los científicos se han centrado en los huesos del tobillo, o tarso, y del empeine, o metatarso. Estos huesos, al ser pequeños, suelen encontrarse completos. Además, han comprobado que, combinando tarso y metatarso, la estimación de estatura es aún más fiable. Éste método es más robusto porque minimiza el efecto de los individuos atípicos en la correlación, haciendo la estimación más estable; esto nunca se había realizado antes. Para poner a punto su método han analizado 564 huesos de pie de 94 individuos (48 hombres y 46 mujeres) euroamericanos y afroamericanos que nacieron entre 1825 y 1910 y que murieron a edades comprendidas entre los 17 y los 50 años, con sus análisis los investigadores han logrado destacar los huesos del pie más útiles para estimar la altura del individuo.


Miembros del grupo:
-Salvador CL
-David Espinosa
Bibliografía:

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