De
acuerdo con sus descubridores, entre los caracteres anatómicos de
estos homínidos cabe destacar un conjunto de rasgos muy primitivos
en el aparato dental, que llevaron a establecer una relación entre
éstos y los homínidos africanos del Pleistoceno Inferior. Una
mandíbula muy bien conservada de una mujer H. antecessor, de entre
15 y 16 años, recuperada del yacimiento de la Gran Dolina tiene
similitudes muy claras con las del Homo Erectus lo que sugiere un
origen asiático de H. antecessor. Sin embargo, el patrón de
desarrollo y erupción de los dientes es prácticamente idéntico al
de las poblaciones modernas. El Homo
antecesor,
que apareció hace más de 800.000 años, cuyos fósiles fueron
descubiertos en la cueva de Gran Dolina del yacimiento de Atapuerca
(Burgos), medía entre 173 y 174 centímetros de altura, algo más de
los que esperaban los científicos, según los análisis realizados
con un nuevo método estadístico basado en los huesos del pie.
Permite estimar este rasgo esencial de la anatomía aunque falten
huesos largos del esqueleto, afirman los investigadores. Para conocer
la altura del sujeto, tanto en estudios paleontológicos como
forenses, lo ideal es poder realizar la reconstrucción anatómica
del esqueleto cuando no es posible, porque los restos son escasos, lo
habitual es estimar esta característica a partir de los huesos
largos directamente implicados en la estatura. Se aplica entonces el
principio de proporcionalidad: individuos grandes, huesos grandes e
individuos pequeños, huesos pequeños. Pero, a veces, fémur y tibia
o no se encuentran o están demasiado fragmentados e incompletos. Un
equipo de investigadores de varias universidades y centros de
investigación españoles, junto con investigadores británicos, han
buscado otro método de la mano de las llamadas técnicas
estadísticas robustas. Los científicos se han centrado en los
huesos del tobillo, o tarso, y del empeine, o metatarso. Estos
huesos, al ser pequeños, suelen encontrarse completos. Además, han
comprobado que, combinando tarso y metatarso, la estimación de
estatura es aún más fiable. Éste método es más robusto porque
minimiza el efecto de los individuos atípicos en la correlación,
haciendo la estimación más estable; esto nunca se había realizado
antes. Para poner a punto su método han analizado 564 huesos de pie
de 94 individuos (48 hombres y 46 mujeres) euroamericanos y
afroamericanos que nacieron entre 1825 y 1910 y que murieron a edades
comprendidas entre los 17 y los 50 años, con sus análisis los
investigadores han logrado destacar los huesos del pie más útiles
para estimar la altura del individuo.
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